miércoles, 25 de septiembre de 2013

Teoría de la Inspiración (Inspirarse rápidamente)



A partir de un comentario que hice en CC se me ocurrió ésta idea de texto reflexivo. Comentaba que a la hora de plasmar mis ideas de historias, todas ellas del estilo fantástico, me suelo basar más en la realidad y en libros realistas o didácticos. Esta ironía con mucha lógica tiene sentido por el motivo de que todo, obviamente y al fin y al cabo, está basado en donde vivimos: la realidad.

Siempre he intentado huir un poco de las influencias que otros autores puedan tener sobre mí, en un intento de ir creando de forma más original y personal. Es inevitable no influenciarse, y no significa nada malo después de todo, pues de otros aprendemos y vamos orientándonos a la larga hacia el estilo y género que nos guste y nos sintamos más cómodos. Pero no puedo evitar ver lo malo, y es eso mismo que indico al principio del párrafo sobre que quizás al final podemos parecernos demasiado a un autor favorito, perdiendo con ello identidad.
Como ejemplo cercano podemos apreciar el número de artistas que se tiran a la fantasía épica cuando una obra del estilo triunfa y comienza a llegar al público en general, saturándose toda web de turno y librería de obras nuevas y, sobretodo, de re-ediciones sobre la temática. De repente a todo el mundo le gusta la fantasía épica y se comienza a aportar más de lo mismo sobre el género, donde algún que otro autor revelación se descubre a fuerza de probabilidades de cantidad. Todo esto se puede aplicar de igual forma al otro género popular como lo es la ciencia-ficción.
El problema es que todo nuevo autor se rige demasiado a las normas de la obra original que sí aportó algo. Parece como si hubiese un miedo a innovar, no se baraja la posibilidad de modificar características y/o tópicos principales del género o, más probable, sencillamente no surge la inspiración frente a una base bien definida, como las paredes de un largo pasillo ya decorado y bien pensado con elementos de un estilo en cuestión.

Ahí llega mi opinión, y es que ¿cómo se va a inspirar uno con facilidad con algo ficticio y ya construido en la mente de otra persona? Cualquier intento de modificación o similitud se notará demasiado y quedará artificial. Está el truco de dar un giro de tuerca o convertirlo en lo contrario, pero no deja de ser eso mismo, una táctica para salir del paso.
Lo que se recomienda es ir a la fuente original que influenció a la obra original y comprender que llevó a tener la idea, para luego ir conectando y seguir poco a poco hasta comprender mejor. Me juego el cuello que normalmente se basa en un suceso real, un personaje histórico, un evento... no hay mejor inspiración que el propio mundo donde vivimos.
Por citar alguna obra clásica, analicemos por ejemplo Drácula. Se trata de una novela fantástica basada en una figura real como lo fue Vlad El Empalador, al que Bram Stoker atribuye una explicación del por qué bebía sangre de sus enemigos orientada de otra forma, específicamente hacia las leyendas arcaicas sobre vampiros o extrañas personas enfermas semi-caníbales. Así se obtiene un punto donde poder seguir adelante y comenzar a realizar algo realista a partir de una suposición que bien sabemos es poco creíble.

Para demostraros que no es tan difícil, pondré un ejemplo real que se me acaba de ocurrir mientras veía hoy mismo por azar en la televisión un documental sobre insectos. En el han hablado de una araña que no tiene veneno, y por ello ha evolucionado adaptándose para enrollar a sus presas de forma vertiginosa dentro de un pequeño capullo, el cual llena de sus jugos gástricos hasta el punto de deshacer a la pobre víctima para que sea succionada fácilmente, reciclando de paso la tela usada. Bien, ahora apliquemos esto mismo a una historia de ciencia-ficción, donde dos astronautas se encuentran con un ser de una raza alienígena que hace lo mismo, cogiendo en el acto dicho ser a un astronauta para inyectar sus jugos dentro del traje, donde el compañero grita horrorizado al verlo deshacerse dentro de la escafandra. Con ésto conseguimos una atmósfera auténtica de terror con toque macabro donde la criatura ha ganado automáticamente personalidad sin apenas hacer nada más. No os extrañe que Alien esté basado en algún bichejo real, apostando a que el Amazonas es un lugar de inspiración constante.
Seguimos con el documental, donde acto seguido surge una mariposa que engaña a sus depredadores asemejándose a una abeja, tal cual, imitando incluso el sonido de las alas. Después se ha nombrado una colonia de hormigas donde solamente la reina es fértil, siendo estériles todas las demás hembras. A partir de estos pequeños datos se me ha ocurrido una historia de una sociedad subterránea donde la gente no se reproduce, los niños simplemente aparecen de algún lado y durante generaciones los han ido cuidando e integrando sin plantearse nada más. Un buen día la protagonista se queda embarazada, y ante ésta incomprensión o milagro los más sabios de la sociedad la envían hacia arriba a ver si así descubre su sitio, sin duda de estado superior al suyo. Allí la chica descubre de casualidad otra sociedad más acorde a la nuestra, resultando todo en un complot de dominio que ha durado décadas. Ya que todo es una mentira, lucha por desvelar la verdad para todos (principalmente para los de abajo) mientras su hijo está a punto de nacer...

Y es que la realidad, o conceptos como la naturaleza o la evolución tecnológica humana, son fuentes inagotables de inspiración por la más pura de las lógicas: no conocemos otra cosa. Todo a lo que se le da sentido es por nuestra mente, por generaciones lejanas de antepasados que empezaron a definir el mundo hasta asumirlo a la perfección. El mundo no es así porque lo tenga que ser, es así porque nosotros lo decimos. El ejemplo más sencillo para entendernos son los propios gustos o ideas contrarias que tenemos con otras personas, comprobando que eso de “cada persona es un mundo” tira hacia algo casi literal.
Cuando se dibuja, conectamos puntos porque sabemos la forma que tiene o debe de tener lo que queremos expresar, pero si la realidad tuviera otra forma, lo seguiríamos viendo igual sin cuestionarnos. Pero si con el sentido actual de realidad cambiásemos esa misma forma, entonces habría un choque y “creeríamos que es erróneo”. Todo esto sería para tratarlo en otra ocasión, pues puede ser engañoso el pensar que algo está mal hecho cuando no tiene el por qué (y surge por otro lado una forma de crear ambientaciones y mundo únicos).
De igual modo se puede aplicar a la combinación de colores, nuestra mente a la hora de pintar sabe de sobra cuales combinan y cuales “chocan”, y no es por otra cosa más que la definición del mundo que tenemos, donde el amarillo nos casa bien con el negro porque quizás en el subconsciente (o incluso experiencia de niño) lo asociamos con algún animal o planta de estos dos colores.
Si algún día se logra ver otro mundo (de esos que siempre se muestran rosados, casi opacos, combinados de un constante tono amarronado), nos parecerá extraño y en algunos puntos ilógico; imposible, pero la culpa será de nuestra mente y su percepción, tan mal acostumbrada desde siempre a este mundo.


Esa ha sido la reflexión, espero haber sacado aunque sea una pequeña conclusión dentro de vosotros. En teoría con éste truco para inspirarse habrá un pelín menos de miedo a la página en blanco. Aun así no estará todo solucionado o definido, una historia no trata sólo de desarrollar una trama o base, sino que se desarrolla con lo más importante como lo son los personajes, de esencia idéntica a las ideas que inician y definen todo, pero con la excepción de que mutan y son más libres. Ya se puede tener una idea de trama pobre, simple o incluso estúpida, que podrá ser salvada en cualquier momento por un buen protagonista o situaciones entre personajes. Pero esa es otra historia.

Al hablar de “perfección” entendemos que fue un concepto inventado por el hombre, pero seguramente basado en la naturaleza y el Universo, los principales patrones a la hora de crear y, por lo tanto, inspirarse. La realidad siempre supera la ficción, pero al menos la ayuda cada vez más a superarse.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

La Invasión de los Gays Inducidos



Ser gay está de moda; no es ninguna novedad. Muchos achacan esto a que hoy día es más fácil destaparse por el aumento de personas que han salido del armario. Gracias a los medios, la imparable sociedad que avanza y aprende o la comunidad definida y unida de miembros que sigue aumentando, uno puede sincerarse y decir abiertamente que le gustan personas de su mismo sexo. Insisto: no es ninguna novedad.

Mi preocupación surge a partir de afirmaciones que he llegado a presenciar hasta en televisión, sin saber siquiera si estaba preparado de antemano, confirmando terrible al comprobarlo en más medios y confesiones en redes sociales. A lo que me refiero son a afirmaciones como “Soy gay porque todos mis amigos lo son, y claro...” o “Simplemente decidí probar porque me lo recomendaron y ahí me quedé”. Espera, espera, aquí algo no cuadra... y no he podido evitarlo, al final he tenido que sincerarme ante un tema del que me mantenía al margen.
Antes de continuar aclararé que hablo desde cierta experiencia. Me considero bisexual desde hace muchos años y a mí nadie me dijo que lo tuviera que ser, simplemente lo soy y no le doy más importancia. Es sólo que para mí resultaría demasiado extraño hacerme de repente heterosexual por el hecho de que todos mis amigos lo son.


El problema surge cuando uno “se convierte en gay”. ¿Cómo se hace eso? Qué facilidad eso de cambiar la orientación de la noche a la mañana con un simple chasquido de dedos... o debería decir de falta de personalidad. Disculpad a quienes se hayan sentido ofendidos, pero el ser gay porque los demás lo sean, porque está de moda o porque tu cantante favorito lo es, me parece una falta de identidad o, sobretodo, de integración hacia algo que realmente no merece tanto. Y es que me temo que la orientación sexual está sobrevalorada, llegando al punto de considerarse una etiqueta o tribu urbana más de tantas, a lo que probablemente se sumen las gafas de pasta para acompañar "al amor incomprendido". Que esa es otra, muchas veces se cree incomprendido y es más imaginación y suposición que otra cosa.
Ojo, el problema también lo tiene quien tenga prejuicios al descubrir que alguien es gay, que igual de terrible es alguien que define a una persona por éste simple aspecto de tantos. El problema aquí es definir hasta el extremo de cambiar la conducta, ya sea propia o ajena.

Para resumir como lo veo yo, muchos dicen ser gays para llamar la atención, una de tantas formas de las posibles cuando alguien inseguro necesita sentirse el centro por una vez. Disimula e interpreta un poco y no hace falta más para que la gente se lo crea. Esto puede ayudar a crear una imagen de “guay”, ya que hay personas que incluso presumen de ser o de tener amigos gays; cuantos más, mejor. Otros lo hacen por integración, como bien ya se ha dicho, de las más tristes. Y unos últimos por experimentar, que normalmente salen corriendo al comprobar que no es lo suyo (o quizás por ver lo ridículo que puede llegar a ser el asunto). No es por faltar, pero aun siendo como soy, no me he sentido más fuera de lugar que en una zona de ambiente... ironía que da entre que pensar y reír.
Es que al final los que son gays de verdad se cuentan con los dedos, eso si fuera posible diferenciarlos de entre tantos sub-tipos que han surgido (que encima seguramente son sub-tipos de heteros, a saber).


Lo que voy a confesar a continuación sí que me parece más difícil de comentar que el decir que soy bi, porque ya veis que lo he dicho enseguida y, hasta el día de hoy, me da igual que se sepa o no. Pero afirmar que en ocasiones me siento homófobo ya me parece un colmo bastante serio. No sé si es porque me he visto forzado o porque no me gustan las tonterías, pero es así como me siento y no se puede negar. A estas alturas ya no me importa asegurar que me avergüenzan los gays disfrazados de payasos que muchas veces se destapan sin sentido del ridículo por televisión o por donde sea. Que me da rabia que amar a un igual sea “cool” y encima se siga el juego entre fachadas. Por no hablar de los productos gays que se venden a costa de todo esto, porque que yo sepa no hace falta una taza, pin o gorra con arco-iris para saber quién me gusta y me deja gustar.

En general todo esto se aprovecha para sacar un beneficio, porque espabilados los hay en todos lados, siendo al final las víctimas esta agrupación que sigue pidiendo derechos en una sociedad donde han acabado siendo, desde hace tiempo, un grupo más, con resultados de quedar bastante normalizados. Así que invito a dejar las armas por una guerra que ya terminó y que quizás no fue tanto como todos aseguran recordar.
Si hubiese que rebuscar y encontrar un lado bueno a todo esto, es que al menos ya no son sinónimos homosexualidad con palabras como “sida”. Al menos esa época oscura ya ha pasado y se ha demostrado que la enfermedad poco tiene que ver con el mundillo (o tiene tanto que ver como cualquier otro). El tema del maricón enfermo parece por fortuna ya erradicado, pues en ningún medio se nombra ya, cuando antes era, por desgracia, la moda relacionada.

Siempre he entendido eso de “si quieres acabar con algo, conviértelo en moda”, y cuan reales son estas palabras cuando uno sólo tiene que mirar por alguna página o foro del tema o revista en general: por doquier se ve la misma etiqueta e imagen a representar, y creo yo que no todos los gays les gustaría definirse con aspectos como calzones mega cortos o símbolos-ano, no creo que sea del agrado de todos. Es tan sencillo de comprender como que, en lugar del arco-iris, hubiese sido una berenjena el símbolo de la libertad sexual entre mismo género. Así de estúpida me parece la imagen impregnada por doquier como para haber escogido una berenjena, que a fin de cuentas puede llegar a representar lo mismo en todo este movimiento si se le echa imaginación y dinero, mucho dinero. Insisto en que al final los beneficios de todo esto no se lo llevan los gays precisamente...



En fin, que se ve que estoy fuera de lugar o de tiempo, pero reventaba si no lo soltaba por algún lado. Me hago viejo o a saber, pero si algo no nos parece bien hay que decirlo, ¿no? Al igual que si nos gusta alguien, sea o no sea del mismo género.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Verdades no tan Universales sobre la Música



– En general, la música suena más de fondo que en primera plana.

– Cuanto más se escucha una misma canción, más cambian sus matices hasta el punto de parecer otra. Si llega a cansar, hemos mejorado o descubierto la cáscara vacía que siempre estuvo. Si es buena, se convertirá en otra mejor.

– Mejorar el oído no es difícil, sólo se requiere tiempo y ganas de escuchar, apenas se aplica la paciencia. Recordemos lo tópico de que no es lo mismo oír que escuchar.

– De niño se aprecian más los sonidos y matices pero menos los gustos, de adulto se aprecian y valoran más los gustos y se aprecia menos el sonido.

– Si años después se sigue escuchando lo mismo es que, o bien se ha encontrado la música perfecta, o siempre ha sido una fachada.

– No es raro que uno crea que realmente le gusta la música cuando en realidad no es así. Lo que parece normal y básico se asimila por inercia.

– No nos engañemos, en realidad no nos gustan las canciones, si no mas bien los estribillos.

– También se cree que las estrofas y puentes de un tema no son importantes o, básicamente, no se valoran. Son esa impaciencia hasta llegar al estribillo que, al fin y al cabo, no sería nada sin eso.

– Por lo tanto, un buen tema debería destacar en todas sus partes. No sería la primera vez que el puente o estrofa es mejor que el estribillo.

– No es que aquel sea un sabelotodo, entiende de música porque simplemente le gusta. A nadie le falla la memoria cuando se trata de gustos.

– Que adores un tema específico no significa que seas fan del artista.

– Que conozcas un par de temas de un artista no significa que sepas de sobra cómo suena.

– Toda música evoluciona: siempre. Hasta la de un mismo autor/es.

– Se compran en gran parte los discos por sólo una canción en cuestión.

– Se valora un disco al completo a partir de sólo un par de temas.

– Es imposible apreciar y valorar un disco a la primera escucha.

– Si tiene más de 10 años, se cree que ya no merece la pena... menos mal que todo artista actual suena en parte como aquello.

– Es que no hay tiempo para escuchar tanta música, pero sí para lo de siempre.

– Realmente no hay tiempo para escuchar todo lo que nos puede llegar a gustar...

– Hoy lo odias; mañana lo adoras. No sería la primera vez que pasa.

– Que sea genial un instrumento de la canción no significa que tenga que ser buena.

– Siempre destacan la voz y guitarra; con ello ya está casi todo el trabajo hecho a la hora de un éxito.

– Una pena que se empiece a valorar al bajo eléctrico por juegos de consola, y todo porque se descubre que no es tan fácil (cuando se quiere) y no por lo principal que supone una base rítmica.

– De los graves del piano nadie dice nada. Seguro que ni se relaciona con los instrumentos graves como el anterior citado.

– Todo el mundo cree que puede tocar la batería. O más bien todo el mundo cree que puede tocar un instrumento con facilidad y rapidez.

– Cuando se va a ver a un grupo en directo, o ensayando, siempre gusta, es lo que tiene la música en vivo y, sobretodo, lo social.

– El condicionamiento social. Con esto se dice y resume todo.

– Qué cambio las películas sin música.

– Qué cambio un paisaje con música.

– Un gran tema se puede arruinar por un mal momento en la vida y un mal tema puede ser favorito gracias a un momento especial de nuestra vida.

– Que una canción de un artista o un género no nos guste, no significa que lo demás de eso mismo vaya a ser igual. Siempre hay alternativas y variedad incluso dentro del mismo punto.

– Con tanto donde elegir, qué tontería quedarse en una pequeña zona.

– Irónico que hayan estilos con estética y moda cuando en teoría la música es un tanto abstracta.

– Con que produzca una emoción es suficiente; lo demás son todo etiquetas o auto-convencerse.

– La mejor música activa la imaginación. Puede ser de cualquier clase, sin excepción.

– Se facilita la tarea de encontrar los mejores temas gracias a su clímax. El arte de precisar el equilibrio en un momento clave.

– Que de igual forma lo anterior puede hacer vulgar a un tema. La radio comercial es testigo de ello.

– Que sea lo más escuchado en radio y locales no significa nada. Pero a veces también puede llevar razón.

– La música es poderosa y produce cambios con facilidad en el cuerpo y la mente (y en el alma para quien crea).

– Es por esto que es muy lógico que se use en propaganda/publicidad y manipulación.

– Cuando todos bailamos es por la música y el cortejo. Seguro que son sinónimos y por eso la música está tan arraigada al ser humano.

– Quizás por eso es imposible que a alguien no le guste la música. Si realmente lo hay, puede que se auto-engañe (o incluso sea misántropo extremo).

– Sin embargo, por otro lado se ha hablado de gente que cree que le gusta la música. Sutil diferencia.

– En general todo acaba cansando salvo las canciones favoritas. ¿Por qué?

– Hasta las plantas, que no tienen oídos, aprecian la música.

– La música son ondas, no es inviable que a la hora de escucharla lo que menos tenga que ver sean los propio oídos.

– Suelen acudir más personas a los conciertos que a las manifestaciones. Habrá que tomar nota.

– Hay más mártires y héroes en la música que en cualquier otro campo.

– Lo de que la música que escuchamos nos define y habla de nosotros sin palabras es más cierto de lo que parece.

– La música no debería entender de edades en ningún sentido, algo se debe de estar haciendo mal.

– Componer una canción es más fácil de lo que parece, y más con los medios, sistemas y posibilidades de hoy día.

– Por no mencionar los clásicos cuatro acordes.

– Quien no sabe de los dos puntos anteriores, enseguida puede sobrevalorar sin quererlo.

– Una letra es una paradoja en la música; sin embargo funciona.

– La música es lógica y emoción por igual. Imposibles unidos.

– Lucirse en la música no significa nada malo, el problema es cuando se llega más al nivel de atleta que de de artista.

– De igual forma eso de que con poco se dice mucho no siempre tiene que ser cierto, tiene las mismas posibilidades de llegar a ser igual de aburrido que lo anterior citado. Por lo que...

– ...todo extremo es malo.

– Hay música que puede abrir la mente y enseñarnos al mismo nivel que un libro.

– A la larga la mejor música es la que se queda para no ser olvidada hasta el final. De alguna forma es un proceso natural.

– La música acompaña de forma que no te sientes solo y armoniza o ayuda en cualquier situación, ya sea desde cocinar, viajar o incluso hacer el amor.

– Incluso parece mejorar la memoria, imaginación, coordinación, buen humor... los médicos deberían aconsejarla más a menudo.

– Con la música podemos contentarnos con poco, pero a la vez nunca es suficiente. De manera visible se puede demostrar con nuestras colecciones de música tanto físicas como digitales.

– Los días que notamos que falta algo, la música los puede llenar por muy hondo que sea el hueco.

– El mundo de la música es infinito, se puede estar toda la vida estudiándolo y seguir descubriendo o re-descubriendo aspectos. Una pena que la opinión y el aprendizaje en general se llegue a limitar tanto.

– Al igual que el fuego, la música siempre ha estado y de alguna manera supuso un avance para el ser humano ya fuese social o similar. Incluso puede que se “descubriera” incluso antes que el propio fuego.


– Aunque la música no sea necesaria para poder vivir, es indispensable.

Share

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites